jueves, 9 de octubre de 2014

La Metamorfosis de mi Vida. Parte 2

El hecho de haber estudiado una Maestría fue el orgullo de mi esposa, padres, familiares y amigos, me sentía muy bien por el hecho de aprender cosas nuevas, aplicarlo en mis clases, ser parte de ese selecto 3% de mexicanos que estudian un posgrado y además poder ganar más dinero, es decir toda una caricia al ego.

Mientras tanto se dio una serie de recortes de personal en la universidad y nadie estaba exento, extrañamente en las personas despedidas había un cierto patrón: eran maestros con muchos años de experiencia y/o que tenían puestos administrativos altos que me imagino ganaban bastante bien. Esta situación del despido se sentía cada vez más cerca y me causaba terror quedarme sin un “empleo seguro”. Debido a la “reasignación de actividades”, había que incrementar la eficiencia en los puestos administrativos, es decir, una forma elegante de hacernos entender que íbamos a tener más trabajo, mas estrés, pero el mismo sueldo.

El estrés se seguía incrementando y llegó el insomnio, en parte por el estrés laboral, pero también por las exigencias académicas de la maestría. No era raro que durmiera 20 horas por semana, se empezó a acumular el cansancio crónico, el mal humor, empecé a aumentar de peso a tener arritmias cardiacas y crisis de ansiedad.

Le pedí a uno de mis amigos médicos de la maestría que me revisara y de ser necesario hacer estudios clínicos e interconsulta con algún cardiólogo, mi amigo muy amablemente me dijo: lo que tienes es ESTRÉS, jajajajaja estrés yoooooo??, claro que no!!!!, pero si yo no me siento estresado, además lo he manejado muy bien toda mi vida, estresado cuando no tenía trabajo!!! -jajajajajajaja que frase más idiota-, él muy seriamente me preguntó ¿Y porqué estás estresado?, después de pensarlo unos segundos le contesté: por mi exigencia al hacer la maestría –quería demostrarle al mundo que era el mejor nutriólogo que haya hecho ese posgrado (¡que tonto!)- , por las exigencias en el trabajo, por preparar las clases y lograr que mis alumnos se interesen en mis materias, por los gastos fijos que he adquirido y las deudas que ahora tengo, porque paso menos tiempo con mi esposa (los problemas con ella iban van en aumento), porque estoy cada vez más gordo y siento cada vez más fuerte ese dolor en el pecho que no me deja respirar…...

Me dijo mi amigo, si el problema principal es tu trabajo, ¿porqué no cambias de trabajo?, ¿¿¿¿¿¿WHAT?????, pero si este es un trabajo seguro!!!!, el me respondió, lo único que es seguro es que te vas a infartar si sigues así, tienes que comer mejor, dormir más, hacer ejercicio, vamos a iniciar un tratamiento con medicamentos ansiolíticos y pensar muy seriamente en encontrar otra actividad en donde no tengas tanto estrés; me dijo, tú estás mucho más capacitado que todos los que estamos en el grupo, ¿por qué no abres un consultorio?, estoy seguro que te iría muy bien, me llegó inmediatamente un flashback de los casi 4 años en el que trabajé en el consultorio en Morelia y las arritmias se empezaron a manifestar inmediatamente. Creo que mi amigo vio alguna reacción en mí porque me dijo, tranquilo, yo estoy pensando en abrir un consultorio nuevo y si quieres podemos compartir los gastos, déjame mostrarte la agenda de mi consultorio actual, me dijo, veo al menos 100 pacientes por semana, no les cobro mucho, pero estoy en una zona popular y le ayudo a la gente a bajar de peso de una forma ética y profesional, si quieres te enseño como lo hago.

ABRIENDO LAS ALAS
Después de mucho reflexionar y gracias a los ansiolíticos, pude tener una visión mucho más clara del problema y me di cuenta que lo que más estrés me generaba (además de donde menos efectivo recibía) era de la coordinación de investigación, tenía prestaciones pero tenía que renunciar a eso con el fin de recuperar mi salud física y emocional. Hablé con algunos amigos y sus reacciones fueron muy diversas, muchos me dijeron “hay miles de personas que soñarían con ese trabajo ¿y tú lo vas a dejar?”, otros me apoyaron y me dijeron “Rodo, tú vas a tener éxito por quién eres, en esta universidad o en donde sea”, mientras que mi esposa y mi familia siempre me apoyaron incondicionalmente.

Ya estaba decidido, “tenía que domar a la cobra del miedo” como dice Harv Ecker. Hablé con la coordinadora y la decana para hacerles saber mi decisión de renunciar a la coordinación, ellas en su rol institucional trataron de hacerme ver eso era un error y que no me aseguraban mi estancia como docente “variable” si renunciaba a la plaza. Y lo cumplieron, el siguiente cuatrimestre tuve menos horas de clase (de 24 horas me bajaron a 10), me quitaron las clases en diplomados, es decir me aplicaron “el castigo por haber tomado una mala decisión y nadie le hace eso a esta universidad”.

El trabajo en el consultorio para variar era muy inconstante, para aumentar la consulta hice entrevistas en radio, televisión, publicidad en revistas, volantes y parecía no ser suficiente, a la gente no le importa tu preparación, solo que tan barato cobras, de tal forma que caí nuevamente en la desesperación y bajé el costo de la consulta por una temporada a $100.00, entonces comenzó a llegar la gente de forma masiva, de tal forma que había días que llegué a atender a 25 pacientes, sin embargo seguía agotado y sin tiempo, pero el estrés había bajado y me sentía mucho mejor.

Comenzó a fluir el dinero nuevamente y todo mejoró. Decidí independizarme de mi amigo y abrir un Spa para mujeres de clase media con costos accesibles y servicio de nutrición (algo novedoso hace 8 años), nos estaba llendo tan bien que decidimos comprar otro coche, renovar ropa, aparatos eléctricos, computadoras, salir de vacaciones, cambiarnos de casa y ya no me importaba que diera pocas horas de clase..….  hasta que llegó la crisis financiera del 2007-2008.

La consulta nuevamente comenzó a bajar, los tratamientos ahora ya no se vendían, apenas alcanzaba para pagar los gastos fijos y en la universidad me bajaron las horas a solo 5 por semana. Para ese entonces habían abierto la carrera de nutrición en otra universidad privada muy importante en la cual me aceptaron como docente inmediatamente ofreciéndome de inicio 2 materias (10 horas por semana),  al tratar de buscar compatibilidad de horarios en ambas universidades  en la primera universidad (en donde había trabajado de manera ininterrumpida 7 años como docente y de donde fui egresado de la licenciatura y en la maestría) me pusieron un ultimatum, o seguía trabajando con ellos exclusivamente o me retiraban las 5 horas que me habían ofrecido……. y nuevamente tomé la mejor decisión, cambié de universidad.

En ese mismo año no solo cambié de trabajo, sino nuevamente de consultorio, las rentas me estaban comiendo y nuevamente mi secretaria ganaba más que yo por lo que cerramos el Spa y renté un consultorio en un hospital, en donde me propusieron que fuera el jefe de nutrición clínica, mientras que en la nueva universidad todo iba muy bien, pues no tenía tantas horas, pero eran mejor pagadas (casi el doble), además el ambiente laboral era súper relajado. Mi necesidad de seguir aprendiendo me llevó a hacer un diplomado como educador en diabetes pensando en que así iba a tener más pacientes y que así podía tener más ingresos más crecientes.

El número de pacientes en consulta aunque irregular era constante, el número de horas de clase igual, parecía que entraba en una fase de meseta en mi vida hasta que en la nueva universidad abrieron la maestría en nutrición clínica, en donde me ofrecieron clases de posgrado casi todo el año, lo cual hacía que aumentara considerablemente mi sueldo como empleado.

Después de tanto esfuerzo y trabajo, tenía cubiertas todas nuestras necesidades básicas, hicimos un gran esfuerzo y comenzamos a ahorrar, con la intención de invertir para que recibiéramos un beneficio mayor que el solo hecho de guardarlo bajo el colchón o de comprar dólares para mantener el valor del dinero, pero no sabíamos cómo.

Fue hace casi 6 años, que mi hermana y mi cuñado me regalaron en mi cumpleaños un libro que cambió mi vida “Padre rico padre pobre” de Robert Kiyosaki, ellos habían visto que tenía la intención de hacer negocios, pero no sabía cómo. Literalmente lo leí en 2 días y fue entonces cuando entendí que todo lo que había vivido no me pasaba solo a mí, sino a casi todo el mundo, todo el tiempo me había concentrado en tratar de hacer dinero como EMPLEADO y AUTOEMPLEADO, en donde me pagaban por mis habilidades y tiempo, que eso me daba dinero para vivir, pero que la fortuna se encuentra en otro lado y como premio logras la tan soñada: LIBERTAD FINANCIERA.


Desde ese día he emprendido una búsqueda implacable para alcanzarla…..
















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