La Metamorfosis de mi Vida. Parte 2
El hecho de haber estudiado una
Maestría fue el orgullo de mi esposa, padres, familiares y amigos, me sentía
muy bien por el hecho de aprender cosas nuevas, aplicarlo en mis clases, ser
parte de ese selecto 3% de mexicanos que estudian un posgrado y además poder
ganar más dinero, es decir toda una caricia al ego.
Mientras tanto se dio una serie
de recortes de personal en la universidad y nadie estaba exento, extrañamente
en las personas despedidas había un cierto patrón: eran maestros con muchos
años de experiencia y/o que tenían puestos administrativos altos que me imagino
ganaban bastante bien. Esta situación del despido se sentía cada vez más cerca
y me causaba terror quedarme sin un “empleo seguro”. Debido a la “reasignación
de actividades”, había que incrementar la eficiencia en los puestos
administrativos, es decir, una forma elegante de hacernos entender que íbamos a
tener más trabajo, mas estrés, pero el mismo sueldo.
El estrés se seguía incrementando
y llegó el insomnio, en parte por el estrés laboral, pero también por las
exigencias académicas de la maestría. No era raro que durmiera 20 horas por
semana, se empezó a acumular el cansancio crónico, el mal humor, empecé a
aumentar de peso a tener arritmias cardiacas y crisis de ansiedad.
Le pedí a uno de mis amigos
médicos de la maestría que me revisara y de ser necesario hacer estudios
clínicos e interconsulta con algún cardiólogo, mi amigo muy amablemente me dijo:
lo que tienes es ESTRÉS, jajajajaja estrés yoooooo??, claro que no!!!!, pero si
yo no me siento estresado, además lo he manejado muy bien toda mi vida,
estresado cuando no tenía trabajo!!! -jajajajajajaja que frase más idiota-, él muy
seriamente me preguntó ¿Y porqué estás estresado?, después de pensarlo unos segundos
le contesté: por mi exigencia al hacer la maestría –quería demostrarle al mundo
que era el mejor nutriólogo que haya hecho ese posgrado (¡que tonto!)- , por
las exigencias en el trabajo, por preparar las clases y lograr que mis alumnos
se interesen en mis materias, por los gastos fijos que he adquirido y las
deudas que ahora tengo, porque paso menos tiempo con mi esposa (los problemas
con ella iban van en aumento), porque estoy cada vez más gordo y siento cada
vez más fuerte ese dolor en el pecho que no me deja respirar…...
Me dijo mi amigo, si el problema
principal es tu trabajo, ¿porqué no cambias de trabajo?, ¿¿¿¿¿¿WHAT?????, pero
si este es un trabajo seguro!!!!, el me respondió, lo único que es seguro es
que te vas a infartar si sigues así, tienes que comer mejor, dormir más, hacer
ejercicio, vamos a iniciar un tratamiento con medicamentos ansiolíticos y
pensar muy seriamente en encontrar otra actividad en donde no tengas tanto
estrés; me dijo, tú estás mucho más capacitado que todos los que estamos en el
grupo, ¿por qué no abres un consultorio?, estoy seguro que te iría muy bien, me
llegó inmediatamente un flashback de los casi 4 años en el que trabajé en el
consultorio en Morelia y las arritmias se empezaron a manifestar inmediatamente.
Creo que mi amigo vio alguna reacción en mí porque me dijo, tranquilo, yo estoy
pensando en abrir un consultorio nuevo y si quieres podemos compartir los
gastos, déjame mostrarte la agenda de mi consultorio actual, me dijo, veo al
menos 100 pacientes por semana, no les cobro mucho, pero estoy en una zona
popular y le ayudo a la gente a bajar de peso de una forma ética y profesional,
si quieres te enseño como lo hago.
ABRIENDO LAS ALAS
Después de mucho reflexionar y
gracias a los ansiolíticos, pude tener una visión mucho más clara del problema
y me di cuenta que lo que más estrés me generaba (además de donde menos
efectivo recibía) era de la coordinación de investigación, tenía prestaciones
pero tenía que renunciar a eso con el fin de recuperar mi salud física y
emocional. Hablé con algunos amigos y sus reacciones fueron muy diversas,
muchos me dijeron “hay miles de personas que soñarían con ese trabajo ¿y tú lo
vas a dejar?”, otros me apoyaron y me dijeron “Rodo, tú vas a tener éxito por
quién eres, en esta universidad o en donde sea”, mientras que mi esposa y mi
familia siempre me apoyaron incondicionalmente.
Ya estaba decidido, “tenía que
domar a la cobra del miedo” como dice Harv Ecker. Hablé con la coordinadora y
la decana para hacerles saber mi decisión de renunciar a la coordinación, ellas
en su rol institucional trataron de hacerme ver eso era un error y que no me
aseguraban mi estancia como docente “variable” si renunciaba a la plaza. Y lo
cumplieron, el siguiente cuatrimestre tuve menos horas de clase (de 24 horas me
bajaron a 10), me quitaron las clases en diplomados, es decir me aplicaron “el
castigo por haber tomado una mala decisión y nadie le hace eso a esta
universidad”.
El trabajo en el consultorio para
variar era muy inconstante, para aumentar la consulta hice entrevistas en
radio, televisión, publicidad en revistas, volantes y parecía no ser
suficiente, a la gente no le importa tu preparación, solo que tan barato
cobras, de tal forma que caí nuevamente en la desesperación y bajé el costo de
la consulta por una temporada a $100.00, entonces comenzó a llegar la gente de
forma masiva, de tal forma que había días que llegué a atender a 25 pacientes,
sin embargo seguía agotado y sin tiempo, pero el estrés había bajado y me
sentía mucho mejor.
Comenzó a fluir el dinero
nuevamente y todo mejoró. Decidí independizarme de mi amigo y abrir un Spa para
mujeres de clase media con costos accesibles y servicio de nutrición (algo
novedoso hace 8 años), nos estaba llendo tan bien que decidimos comprar otro coche,
renovar ropa, aparatos eléctricos, computadoras, salir de vacaciones, cambiarnos
de casa y ya no me importaba que diera pocas horas de clase..…. hasta que llegó la crisis financiera del
2007-2008.
La consulta nuevamente comenzó a
bajar, los tratamientos ahora ya no se vendían, apenas alcanzaba para pagar los
gastos fijos y en la universidad me bajaron las horas a solo 5 por semana. Para
ese entonces habían abierto la carrera de nutrición en otra universidad privada
muy importante en la cual me aceptaron como docente inmediatamente ofreciéndome
de inicio 2 materias (10 horas por semana),
al tratar de buscar compatibilidad de horarios en ambas
universidades en la primera universidad
(en donde había trabajado de manera ininterrumpida 7 años como docente y de
donde fui egresado de la licenciatura y en la maestría) me pusieron un
ultimatum, o seguía trabajando con ellos exclusivamente o me retiraban las 5
horas que me habían ofrecido……. y nuevamente tomé la mejor decisión, cambié de
universidad.
En ese mismo año no solo cambié
de trabajo, sino nuevamente de consultorio, las rentas me estaban comiendo y
nuevamente mi secretaria ganaba más que yo por lo que cerramos el Spa y renté
un consultorio en un hospital, en donde me propusieron que fuera el jefe de
nutrición clínica, mientras que en la nueva universidad todo iba muy bien, pues
no tenía tantas horas, pero eran mejor pagadas (casi el doble), además el
ambiente laboral era súper relajado. Mi necesidad de seguir aprendiendo me
llevó a hacer un diplomado como educador en diabetes pensando en que así iba a
tener más pacientes y que así podía tener más ingresos más crecientes.
El número de pacientes en
consulta aunque irregular era constante, el número de horas de clase igual,
parecía que entraba en una fase de meseta en mi vida hasta que en la nueva
universidad abrieron la maestría en nutrición clínica, en donde me ofrecieron
clases de posgrado casi todo el año, lo cual hacía que aumentara
considerablemente mi sueldo como empleado.
Después de tanto esfuerzo y
trabajo, tenía cubiertas todas nuestras necesidades básicas, hicimos un gran
esfuerzo y comenzamos a ahorrar, con la intención de invertir para que recibiéramos
un beneficio mayor que el solo hecho de guardarlo bajo el colchón o de comprar dólares
para mantener el valor del dinero, pero no sabíamos cómo.
Fue hace casi 6 años, que mi
hermana y mi cuñado me regalaron en mi cumpleaños un libro que cambió mi vida
“Padre rico padre pobre” de Robert Kiyosaki, ellos habían visto que tenía la
intención de hacer negocios, pero no sabía cómo. Literalmente lo leí en 2 días
y fue entonces cuando entendí que todo lo que había vivido no me pasaba solo a
mí, sino a casi todo el mundo, todo el tiempo me había concentrado en tratar de
hacer dinero como EMPLEADO y AUTOEMPLEADO, en donde me pagaban por mis
habilidades y tiempo, que eso me daba dinero para vivir, pero que la fortuna se
encuentra en otro lado y como premio logras la tan soñada: LIBERTAD FINANCIERA.
Desde ese día he emprendido una búsqueda implacable
para alcanzarla…..
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.